viernes, 9 de septiembre de 2011

La historia de la fotografia y la fotografia en colombia

La fotografía nace en 1846, con el científico francés Nicéphore Niepce pero existen documentos que registran en 1826, las primeras imágenes fotográficas obtenidas por medio de una cámara oscura y un soporte sensibilizado obtenidas por cristales de plata.

La invención de la fotografía trae consigo el surgimiento de una nueva forma de expresión y lenguaje sin fronteras, por que incitó la aparición de otro tipo de comunicación visual, y a partir de este se desprendió un leguaje que condujo a un entendimiento “diferente” de las artes plásticas a finales del siglo XIX. La fotografía fue puesta en escena desde la estética de su época; no se veía como un medio visual de percepción de la realidad, sino que se planteó su utilización con la intención de enriquecer la pintura. Pero sólo hasta entrado el siglo XX, la fotografía alcanzó autonomía y esplendor. Gracias a esa independencia se produjo una nueva relación con la pintura: Nació el arte fotográfico. Con este nuevo arte fotográfico, los artistas encontraron otras posibilidades de expresión: los rusos Alexander Rodtchenko, y El-Lissitzky; el dadaísta y surrealista norteamericano Man Ray, o el constructivista húngaro Laszlo Molí-Nagy, produjeron grandes obras fotográficas e iniciaron una tradición que hasta nuestros días pervive. Así pues, la fotografía, con el tiempo logró captar un público masivo y se convirtió en un componente esencial de nuestras culturas.

Pero estos fotógrafo-artistas fueron prácticamente una maravillosa excepción, ya que antes de la Segunda Guerra Mundial, la fotografía era todavía subestimada y se encontraba en una escala relativamente baja de valores y reconocimiento, ya que en su momento fue considerada más como un industria que como un arte formal. En 1929, se fundó una sección de fotografía en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, que exponía colecciones fotográficas de grandes maestros.

“La irrupción definitiva (de la fotografía) se produjo a finales de los años cincuenta y principios de la década de los sesenta. El mundo urbano, los medios de comunicación y la publicidad despertaron e interés de artistas como Andy Warhol y Robert Rauschenberg, y la fotografía pasó a ser un componente de su producción artística, una prolongación natural de su arte. Otros artistas exploraron el ámbito específico de la imagen fotográfica, como por ejemplo, Gerhard Richter, para quien la importancia de la fotografía reside tanto en su carácter de filtro de la realidad como en la independencia de una realidad fotográfica en si misma”

A comienzos del siglo XX numerosas revistas en el mundo, como la clásica revista life, se vieron tentadas a publicar en sus contendidos fotografías, pero su propagación y avidez por las imágenes fotográficas cobró auge a partir de los años treinta, gracias a las imágenes de la Guerra Civil Española. Y aquí es de vital importancia resaltar el trabajo del francés Cartier-Bresson, considerado por muchos historiadores como el padre del fotorreportaje, predicador incansablemente de la idea de tomar con la cámara fotográfica el instante decisivo, como el mismo lo decía en su idioma: “Images a la sauvette” Henri Cartier-Bresson fundó en 1947 la agencia fotográfica MAGNUM, con la ayuda de Robert Capa, David Seymour y George Rodger, grandes maestros del fotoperiodismo. Cartier Bresson “con el ojo atento a captar el meollo de los acontecimientos en el instante preciso, Cartier-Bresson registró la Guerra Civil Española en 1937, la liberación de París en 1944, la conmoción en la India tras el asesinato de Gandhi en 1948, la marcha del ejército comunista de Mao y su victoria sobre los nacionalistas de Chiang Kai Shek en 1949. Y dejó su impronta al fotografiar los rostros de los pintores como Pablo Picasso y Henri Matisse; escritores como Paul Claudel y Ezra Pound, o líderes políticos como Charles de Gaulle y Fidel Castro”

La historia ha demostrado que uno de los temas que más interés despierta en los reportes gráficos siempre han sido las guerras, por la carga emotiva que contienen registrar explícitamente pro medio de las imágenes. Pero solo hacia 1938, con la llegada de las cámaras portátiles y las fotos instantáneas se pudo informar eficaz y rápidamente lo que sucedía en una batalla o zona de conflicto.

EL INICIO DE LA REPORTERÍA GRÁFICA EN COLOMBIA

Durante el inicio de la fotografía periodista, en el siglo XIX, las imágenes fotográficas eran plasmadas en las publicaciones mediante planchas metálicas o la xilografía . Este proceso de incrustación al texto de fotografías muy rudimentarias. Unos de los pioneros en utilizar ésta técnica fue el periódico Papel Periódico Ilustrado . La xilografía fue introducida a Colombia gracias a Alberto Urdaneta ; además de ser el fundador de El Papel Periódico Ilustrado, representó una innovación en la historia de las artes gráficas colombianas, pues hasta el momento sólo se había utilizado la litografía en las pocas publicaciones ilustradas que se habían hecho en el país. “El experimento del Papel Periódico ilustrado fue combinar el grabado, la pintura y la fotografía para la producción de imágenes con elevado sentido estético. Entre 1181 y 1888, se publicaron 116 números bellamente ilustrados” Otros periódicos que utilizaron esta misma técnica fueron El Espectador en 1887 y El Reporter Ilustrado, también en 1899, la publicación El Sport con Saturnino Zapata, Pedro Carlos Manrique y J. M. Carrasquilla.

Posteriormente, con la aparición de las fotografías en los textos periodísticos, el lector contó con una mayor calidad de la información, gracias al texto se explicaban en los hechos, y gracias a las imágenes, se contaba con el fiel registro de a ocurrido; sin ataduras, sin filtros ni limitaciones literarias; así el lector era cómplice del hecho, las fotografías reales lo hacían una especie de testigo visual de el acontecimiento. Muy al contrario de la reportería en la mitad del siglo XX, que contaba con registros netamente escritos y carentes de fotografías, imposibilitando al lector de tener cierta “intimidad” con el acontecimiento.

Se podría decir que la reportería gráfica en Colombia no tiene una fecha exacta de su aparición. A finales del siglo XIX y principios del XX empiezan a surgir grupos de reporteros gráficos vinculados a medios impresos.

La reportería gráfica en Colombia no está estrechamente ligada con la historia del periodismo ni con historia de los principales diarios del país, sino que surgió como una fortuita manifestación de la sensibilidad social que se fue infiltrando en los periódicos. Así pues que los periódicos de la época están ligados a la reportería gráfica en cuanto contribuyeron a su amplificación y difusión de este fenómeno gráfico. Las cámaras eran de manufactura especialmente elementales, en algunos casos eran cámaras fabricadas por el propio fotógrafo, y este se ocupaba especialmente en ser un retratista. Los pinos de la fotografía eran precisamente retratos, o también conocidos como “daguerrotipos”, que intentaban reproducir los óleos de artistas de la época que eran imágenes accesibles solo para la alta sociedad y adinerados.

Años después, con la llegada de la industrialización de los periódicos, desapareció de los periódicos la técnica del grabado y se pasó al uso del fotograbado, fortaleciendo así la reportería gráfica y obligando a que los textos se conviertan en textos ricos en elementos explicativos y dejando a las imágenes el papel descriptivo. El Papel Periódico Ilustrado fue una publicación que se interesó por los temas actuales de cultura y literatura que le importaban al país. Como su nombre lo indica, tenia desde su creación la contención de imágenes en sus textos. “La fotografía en este diario ayuda con imágenes de los funerales del presidente Zaldúa, los cambios arzobispales y la procesión de los primeros rieles fabricados en el país”.

Una de las primeras imágenes que correspondieron a un reportaje fotográfico en Colombia, tuvieron que ver con las imágenes captadas por Vicente Pazinni sobre las ruinas del terremoto de Cúcuta en 1875. Aunque estas imágenes nunca fueron publicadas en diario alguno, es de vital importancia tenerlas como punto referencial a la hora de intentar rescatar los inicios de la reportería gráfica en nuestro país; ya que en este trabajo se evidencia la intención de registrar fotográficamente las ruinas de un desastre natural, y permiten ver fielmente las pérdidas ocasionadas por el terremoto, sin haber estado en el lugar.

El Papel Periódico Ilustrado, tras la muerte de Urdaneta, su creador, en 1886, sus amigos se encargaron de las dos últimas ediciones de este periódico, y en 1889 editaron la revista Colombia Ilustrada dirigida por José T. Gaibrois quién la editó conservando las mismas características formales de su antecesora, pero con la gran diferencia de ya no interesarse por la reportería gráfica, si no por paisajes y parques. Solo hasta finales del siglo XIX se retoma la idea de publicar fotografías para acompañar los textos. Unos de los que retomaron esta línea editorial, y registrando eventos sociales, fue el Espectador de Medellín.

Con todo este desarrollo de la historia fotográfica en Colombia, ya se cuenta con un reportero que, ya no con un papel y cuaderno de apuntes, sale con su cámara a buscar imágenes que contengan un hecho noticioso. Este nuevo reportero ya no se relegado a un estudio de fotografía para tomar retratos como en el siglo XIX, sino que, al contrario, siente la necesidad de salir a ver qué está pasando afuera y capturarlo; y gracias a un periódico, con ayuda de un reportero, difunden y amplían la información a su público.

El reportero gráfico le permitió a las personas, por citar ejemplos, “ver” la construcción del Canal de Panamá, las calles de otras ciudades del mundo, o las nuestras, como las de Medellín, Cartagena, Cali.

Siete décadas, aproximadamente transcurrieron para que la cámara fotográfica se le adicionaran una serie de elementos tecnológicos que permitieran procesar una imagen real y con las condiciones de luz normales de la vida cotidiana; ya que anteriormente solían ser algo borrosas. Ya entonces,

Contando con cámaras portátiles, el reportero gráfico tiene la opción de hacer un registro o varios a un sinnúmero de situaciones noticiosas y coyunturales. Cabe aclarar, que no todas las fotos que aparecen en los periódicos de la época son de reportería, también se plasmaron imágenes de paisajes con una finalidad artística

En Colombia, a finales del siglo XIX, ya existen unas bases medianamente sentadas respecto a la reportería gráfica. Para ese entonces ya existía una seria incursión del fotoperiodismo y una aceptación de la fotografía como documento periodístico, pero no existe una profesión del reportero gráfico con estatus o función formalmente establecida, esto quiere decir que no hay reportero de planta en las empresas periodísticas.

TECNICAS Y CAMARAS

Las bases de la reportería gráfica se fundaron en que ya este oficio contaba con maquinaría para el procesamiento de las fotografías, laboratorios y cámaras portátiles; también los reporteros gráficos comenzaron a ver el interés por parte de empresas periodísticas. Pero esto no significó que los procesos y las máquinas fueran las mejores; todavía existía cierto recelo con respecto a las cámaras portátiles por parte de lo fotorreporteros de vanguardia. Algunos aludían a que las nuevas cámaras rápidas, como las kodak, Exacta, Mentor o voightlander tomaban fotografías difusas y no se podía ampliar de igual calidad las fotografías. Luego se comprobó que las nuevas máquinas tomaban igual o mejores fotos que las anteriores y las ampliaciones a las que aludían de quedar mal y borrosas, se debía a la falta de profesionalismo de algunos reporteros gráficos.

SIGLO XX Y EL AUGE DE FOTORREPORTEROS

A comienzo del siglo XX todavía se guardaba cierto temor impuesto por las clases políticas y posiciones moralistas; de modo que los reporteros gráficos se encargaban simplemente de registrar, a manera de “peritaje forense”, los aconteceres noticiosos del país.

Fotógrafos más respetados y valorados de la época, fueron Quintillo Gavassa, Melitón Rodríguez, Henry Duperly, entre otros. Mucho de ellos se encargaron en algún momento de hacer retratar a los dirigentes del país, como Rafael Uribe Uribe y Pedro Nel Ospina, o del ejército de la época, etc.

Las fotografías periodísticas en la década de los cuarentas se posesionan, ya no en el interior de los diarios, sino que se abre campo en las primeras páginas, desplazando a las caricaturas al interior del periódico. También, como punto importante, los fotógrafos y realizadores de dichas imágenes se les permiten plasmar sus nombres en el pie de la foto.

“Desde mediados de los años cuarenta, Sady González se había convertido en el primer fotógrafo que abría una oficina de reportería gráfica en Colombia contribuyendo, con esta iniciativa, el asentamiento y crecimiento de la profesión”

En nuestros tiempos, se podría decir que la reportería gráfica todavía conserva pequeños procesos rudimentarios tecnológicamente hablando, hoy en día todavía se utilizan laboratorios químicos para el revelado y muchos reporteros gráficos revelan ellos mismos sus propias fotografías, las amplían, aclaran. Pero los que si se conserva, a pesar de los años, es que el ser reportero gráfico es ser un “ladrón de tiempo”, un conservador de pedazos de realidad con la finalidad de informar, de trasladar al lector las escenas congelas de los sucedido para que este amplié su visión de los hechos y se sienta testigo de la historia. Los reporteros gráficos contemporáneos ya no buscan tomas similares a las pinturas, si no que consiguen fotografías que se defiendan por si solas, ya que se cuenta con un lenguaje propiamente realista, fiel representación de mundo real, y no de una re-producción fotográfica de un cuadro costoso para poderlo hacer más accesible.

A los reporteros gráficos se les reconoce ampliamente la grandeza y el compromiso que han tenido con nuestra historia, haciendo de “ojo público” en acontecimientos importantes de la política y ken general de los intereses del país. Era claramente visible encontrarse con fotorreporteros, Manuel H. Rodríguez, Luis Gaitán y Leo Matiz, que arriesgaron sus vidas entre revueltas multitudinarias como las ocurridas durante y después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y El Bogotazo el 9 de Abril de 1948.

“El mismo 9 de Abril, la reportería gráfica colombiana alcanzó sus primeros héroes: el archivo de Ignacio Gaitán fue devorado por las llamas y el fotógrafo se salvó milagrosamente de morir incinerado; Leo Matiz recibió un tiro de fusil en una pierna, y Parmenio Rodríguez, quien cubría estos sucesos para el periódico El Liberal, perdió la vida en el cumplimiento de su labor”.

Otro hecho, y no menos importante para la reportería gráfica en Colombia, fue la creación del Círculo de Reporteros Gráficos en 1950, después de innumerables esfuerzos fallidos de querer agrupar todo el conglomerado de reporteros del país. Esta creación de fotorreporteros colombianos se creó con la finalidad de tecnificar y depurar el oficio para darle un merecido reconocimiento y valor. Actuaron en esta tarea, fotorreporteros tales como Luis Gaitán, Sady González, Alberto Garrido, Carlos Jiménez, Manuel H. Rodríguez, entre otros, incluyendo, a la primera mujer que ejerció profesionalmente el oficio de la reportería gráfica: Alicia Chamorro.

Ya en los años setenta, esta labor se incrementa notoriamente con los trabajos de fotorreporteros como Jorge Parga, quien en una fotografía tomada en 1972, y solo por citar un ejemplo, tomar una fotografía de un indigente que le han robado su ropa y pasa desnudo frente a dos pudorosas mujeres que tímidamente deciden mirar hacia otro lado. También en esta época, el orden público fue protagonista de cientos de fotografías que llenaron periódicos y revistas, como por ejemplo, los registros de Miguel Díaz sobre las protestas en la Universidad Nacional que ocasionaron su total desalojo en 1972, llamando particularmente la atención una fotografía tomada en picado en la que se ve las desoladas instalaciones repletas de piedras tiradas momentos previos a la resistencia estudiantil. Un año más tarde, en 1973, grandes fotorreporteros, como Carlos Caicedo, Manuel H. Rodríguez, Jorge Parga y Fabio Serrano, registraron el incendio del edificio de Avianca y fueron tomadas imágenes de personas lanzándose al vacio envueltos en llamas.

Posteriormente, ya en los años 80, esta vez los fotorreporteros registraron la toma de Palacio de Justicia por parte de la Guerrilla del M-19 y la tragedia de Armero en 1985, la visita del papa Juan Pablo II en 1986 y el Asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento en 1989. Grandes tragedias y acontecimientos que marcaron la historia de Colombia fueron capturados y puestos a disposición de los lectores para su posteridad.

Y así, finalmente, “se hace evidente que la reportería gráfica ha demandado siempre una mezcla de: conocimiento de las situaciones, capacidad de reacción y facultad de captar de un vistazo el sentido o las implicaciones del una determinada situación o circunstancia”. Peo también es notorio que la profesión ha sufrido modificaciones de carácter práctico y tecnológico. Ya los reporteros cuentan con cámaras fotográficas digitales y dotadas de un sinnúmero de recursos, tal como, la posibilidad de tomas automáticas, velocidades graduables, lentes con zoom de largo alcance y gran angulares, entre cientos de ayudas para garantizar una imagen de alta calidad y definición, nada envidiable a las imágenes obtenidas con cámaras convencionales como las conseguidas en 1993 por la reportera gráfica Patricia Rincón al entonces presidente César Gaviria, en la que se ve al Presidente dentro del Palacio de Nariño, leyendo cuidadosamente un libro luego de una larga jornada , y también, el mismo año las fotos conseguidas por periodistas gráficos momentos después del asesinato del narcotraficante Pablo Escobar.

En conclusión, ente maravilloso invento ha transformado radicalmente la compresión que los seres humanos tienen del mundo. Inicialmente las fotográficas fueron percibidas casi como un milagro: La congelación de un objeto tangible y perceptible por medio del sentido de la vida producía un efecto prodigioso. “La fotografía convertía en realidad, por así decirlo, un antiguo sueño del hombre: a saber, la capacidad de crear un mundo ilusorio tan conveniente como el mismo mundo real”. La fotografía constituye en si misma un archivo visual, perdurable y conservable. Fue desde el nacimiento la megamemoria de una situación espacio-temporal determinada y el fiel reflejo del mundo real. Lo que veía el fotógrafo, pudo ser registrado en el tiempo, gracias a un procedimiento óptico, mecánico y químico.

“Ahora ya hemos conseguido hacer durable y eterno lo instantáneo: Una pequeña máquina ha vencido el tiempo”
Juan Muffone

(Tomado de: http://www.wikilearning.com)